Al ejercitarnos, dar el extra y hacer una repetición más puede convertirse en una batalla mental, física y emocional.
Durante una competición, algunas veces el mantenernos concentrados, aguantar el dolor y el cansancio, requiere que demos el máximo.
y es entonces cuando llega lo difícil.
Recuperación.
El dolor y molestias musculares son parte del atletismo. Si entrenas y compites, terminas adolorido. Es así de simple. Si sufres una lesión, el camino hacia la recuperación puede tornarse aún más difícil.
La recuperación representa uno de los retos más grandes a los cuales se enfrentan atletas profesionales y principiantes, incluso aquéllos que entrenan y/o compiten sólo por diversión. No es ninguna sorpresa por lo tanto que existan muchas estrategias y productos que ayuden a mejorar la recuperación. De los muchos que existen, estudios recientes podrían haber descubierto uno de los más sencillos. Esta terapia es también completamente natural, haciéndola ideal para cualquiera que se encuentre compitiendo y que pudiera estar sujeto a una prueba de dopaje.
¿De qué se trata?
Hablamos de enzimas sistémicas.
Cómo las enzimas sistémicas mejoran la recuperación
Las enzimas sistémicas juegan un papel fundamental en tu metabolismo, incluyendo la recuperación de músculos y tejidos.
(Podrías descubrir que a estas enzimas también se les conoce como enzimas metabólicas o enzimas proteolíticas.)
De hecho, todos los procesos llevados a cabo en tu cuerpo, desde la función muscular hasta tu respuesta inmunológica, desde simplemente pensar hasta la creación de energía, dependen de las enzimas sistémicas.
El rol de las enzimas sistémicas en la curación se ha conocido por años. Aunque, recientemente, investigadores comenzaron a explorar para ver si era posible ayudar a mejorar y acelerar el tiempo de recuperación después de un ejercicio intenso. Estudios ya finalizados hasta el momento muestran que las enzimas sistémicas:
- Alivian el dolor causado por el ejercicio, y
- Reducen la inflamación, promoviendo una recuperación más rápida.
El dolor, entre más leve, beneficia más la recuperación
El dolor provoca estrés, y el estrés alenta la recuperación. Científicos han determinado que “el éxito en etapas posteriores de la reparación de una herida dependerá fuertemente de los eventos iniciales.”
Dolores, molestias y malestares asociados a la recuperación muscular después de un ejercicio intenso pueden ser solamente una simple molestia; no obstante, los atletas saben que el malestar y su intensidad pueden variar – muchísimo.
Los analgésicos pueden servir para aliviar el dolor, sin embargo no atacan el problema. Las enzimas sistémicas parecen cumplir ambas funciones.
- En un pequeño estudio, 20 varones fueron divididos en pares. Comenzando un día antes de la parte de la prueba donde harían ejercicio intenso, uno de los varones de cada par recibió una enzima, mientras que el otro recibió un placebo. Al día siguiente llevaron a cabo una carrera cuesta abajo con un ángulo de inclinación del 10% durante 30 minutos. Los varones recibieron enzimas adicionales o placebos el día de la prueba y durante los dos días siguientes mientras se recuperaban. Aquéllos que tomaron la enzima recuperaron sus funciones musculares por completo más rápido y con mucho menos molestia muscular.
- Participantes de otro estudio fueron provistos de un suplemento con enzimas sistémicas. Ellos experimentaron significativamente menos dolor muscular y sensibilidad después de ejercitarse en comparación con aquéllos que sólo recibieron un placebo. Además, sus funciones musculares volvieron a la normalidad más rápidamente.
Las enzimas sistémicas potencian la velocidad de recuperación
La inflamación es necesaria para la curación. En exceso, no obstante, causa problemas y alenta la curación. Es aquí donde las enzimas sistémicas entran en escena.
Cuando el cuerpo sufre una lesión, las moléculas inflamatorias juega un rol importante. Ayudan a limitar la infección, aceleran el flujo sanguíneo a esa área e inician el proceso de reparación del cuerpo. Esto es bueno, pues, ése es el propósito de la inflamación.
Entre más tiempo te tome controlar esa inflamación, refiriéndonos a la descomposición de los compuestos inflamatorios, más tiempo va a tardar en sanar. Es una de las razones por las que el dolor y el estrés provocado por ésta, representan un problema para la curación. Merman tu habilidad para descomponer estos compuestos.
Estudios indican que las enzimas sistémicas también reducen la inflamación. Análisis de sangre muestran que aquéllos que consumen enzimas sistémicas tienen niveles menores de inflamación después de una sesión de ejercicio agotador.
Bromelina – La “enzima de la piña” – ha mostrado efectos significativos antiinflamatorios al ayudar a regular el sistema inmunológico.
Una revista médica británica, ‘Open Sport & Exercise Medicine’, apuntó que las enzimas sistémicas redujeron la inflamación, potenciaron el metabolismo y ayudaron a mejorar la respuesta inmunológica en aquéllos que hacían ejercicios de resistencia y fuerza.
¡En un estudio, investigadores pudieron observar que a quienes les suministraron enzimas sistémicas recuperaron sus funciones musculares por completo más rápidamente!
De hecho, la administración de suplementos de bromelina se identificó específicamente como una forma efectiva de mejorar la recuperación en un estudio el año 2019 titulado, “Estrategias nutricionales y de suplementación para prevenir y disminuir el daño muscular provocado por el ejercicio: Una breve reseña.”
Cierto es que los estudios llevados a cabo han tenido relativamente grupos de prueba pequeños. Aun así, los efectos analgésicos y antiinflamatorios mostrados por las enzimas sistémicas no son sorprendentes en absoluto. Es de lo que ellas se encargan.
Lo que hacen las enzimas sistémicas
Hay dos tipos de enzimas: las enzimas digestivas y las enzimas sistémicas.
Las enzimas digestivas son necesarias para la digestión de los alimentos. Éstas descomponen las proteínas, carbohidratos y grasas, haciendo posible que tu cuerpo pueda “desbloquear” y absorber los nutrientes presentes en los alimentos.
Las enzimas sistémicas son esenciales para más de la mitad de todos los procesos metabólicos. Se necesitan para:
- Producir la energía que tus músculos utilizan
- Eliminar virus, bacterias y hongos
- Eliminar la fibrina de la sangre, un componente de la coagulación
- Remover toxinas y residuos de la sangre
- Regular la respuesta inmunológica, incluyendo la inflamación
La lista podría seguir y seguir y seguir. En pocas palabras, todas las reacciones químicas requieren de las enzimas sistémicas para poderse desarrollar.
La recuperación de cualquier tipo aumenta tu demanda corporal de estas enzimas sistémicas. Aun así, el cuerpo todavía necesita llevar a cabo todas las otras funciones también. La disponibilidad de las enzimas, la curación y los muchos factores que rodean tu salud que pueden impactar este equilibrio, son procesos complejos.
Bastante simple, entre más enzimas sistémicas tengas, mayor será tu habilidad para recuperarte.
Las mejores enzimas sistémicas que hay que consumir para lograr la recuperación
Aunque el cuerpo produce miles de enzimas sistémicas distintas, como hemos visto en las investigaciones, es posible consumir suplementos.
Existen dos tipos de enzimas que uno puede tomar – aquéllas de fuentes animales y aquéllas de fuentes vegetales.
La bromelina, por ejemplo, proviene de la piña. Tal cual lo ha mostrado la investigación, cuando se consume, actúa como una enzima sistémica, potenciando la respuesta de tu cuerpo ante la inflamación.
Otro par de enzimas vegetales populares son:
- La papaína, proveniente de la papaya, conocida por su habilidad para descomponer incluso las fibras proteicas más duras.
- Nattokinase, presente en la soya fermentada, descompone la fibrina.
Por lo tanto, podrías comer mucha piña, papaya y natto con el fin de obtener estas beneficiosas enzimas. No obstante, siendo realista, vas a tener que consumirlas en grandes cantidades para poder recibir la cantidad que podrías obtener de un suplemento. Además, un suplemento ofrece el beneficio de una variedad más amplia de tipos de enzimas sistémicas.
Por supuesto, esto nos lleva a preguntarnos:
¿Cuál es el mejor tipo de suplemento de enzimas para consumir al hacer ejercicio o recuperarnos de una lesión?
Las enzimas de origen vegetal presentan varios beneficios y ventajas sobre las enzimas de origen animal, incluyendo que:
- Pueden adaptarse a entornos ácidos (como el estómago) de mejor forma, lo que significa que es más probable que sobrevivan a la digestión.
- Las fuentes provenientes de las plantas como la piña, papaya y soya, son fáciles de conseguir y de cultivar.
- Las proteasas obtenidas de las plantas son de igual manera más fáciles de producir.
- Las enzimas de fuentes vegetales son más estables, lo que quiere decir que hay una mayor flexibilidad para combinarlas con nutrientes como probióticos y algas.
- Una mayor disponibilidad de las plantas nos representa un menor costo.
El Metabolic Infused de Life Infused, por ejemplo, combina once enzimas sistémicas incluyendo la bromelina, papaína, nattokinase, serratiopeptidasa, seaprose, y proteasas con rutina, una fibra conocida por romper coágulos sanguíneos con el fin de ayudar a reducir la inflamación y potenciar la recuperación.
Si actualmente entrenas, y te encuentras recuperándote de una lesión o estás buscando una manera de mejorar tus ejercicios, podría ser que valga la pena probar las enzimas sistémicas como una forma de potenciar la recuperación, disminuir el dolor y molestias musculares.