Primero, hablemos de la dieta. Los alimentos crudos, también llamados alimentos vivos, son todos los alimentos de origen vegetal que no se cocinan o calientan. En este estado, tienen las enzimas que necesitamos para una salud óptima. Cuando consumimos alimentos procesados o cocinados, estamos alimentando nuestro cuerpo con comida que tiene no tiene enzimas o que las tiene desactivadas. Eso significa que el páncreas tiene que hacer un mayor esfuerzo para producir las enzimas digestivas que requerimos para poder digerir estos alimentos.
Ocurre lo mismo con los alimentos que se cocinan. No comer ensaladas y alimentos crudos significa privar a nuestro cuerpo de los ingredientes exquisitos, como las enzimas digestivas que no pueden soportar el proceso de cocción.
El páncreas tiene que esforzarse cada vez más a medida que avanzamos en el proceso natural de envejecimiento. El estrés crónico ejerce presión sobre nuestros órganos, entre ellos el páncreas. Además, algunos medicamentos pueden reducir la función pancreática.
Los problemas de un páncreas sobrecargado no se limitan a los digestivos y la diabetes. También puedes terminar lidiando con problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, y con enfermedades como la pancreatitis y el cáncer de páncreas.
Además, un páncreas con carga excesiva tendrá que elegir qué tareas priorizar porque ya está sobrecargado. A menudo, priorizará la creación de enzimas digestivas para maximizar la absorción de nutrientes de los alimentos procesados o cocinados que necesitan mucha energía para ser digeridos. Esto significa que el páncreas no dará tanta prioridad a las funciones metabólicas, que son la creación y el crecimiento de células y tejidos fuertes. El páncreas también puede optar por priorizar la función metabólica, dejándonos con desafíos digestivos. De cualquier manera, todo nuestro cuerpo se verá afectado por un páncreas sobrecargado.